De este museo me gusto mucho la sala SORTILEGIO , en memoria a Germán Alonso García, por que son obras expuestas de una manera diferente a lo que siempre observamos a los museos, a lo cotidiano, estas son obras salidas de lo común.
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La otra sala se llama MALICIA INDÍGENA, recipientes cerámicos de los Alzate y de Pedro Manrique Figueroa, esta trata vincula una serie de acontecimientos verídicos ocurridos en Medellín: la existencia de una colección de cerámicas precolombinas falsificadas por la familia Alzate a finales del siglo XIX y principios del XX, el Festival de Ancón en el municipio de Caldas en 1971, la realización del Primer Coloquio Latinoamericano de Arte No Objetual y Arte Público en 1981 y la aparición del fenómeno del narcotráfico a principios de la década del ochenta en todo el país. Un par de elementos, donde los límites entre realidad histórica y ficción se mezclan, vienen a completar el ya heterogéneo listado de elementos: la obsesión de Pedro Manrique Figueroa, el precursor del collage en Colombia, por el caudillo nacionalista Gilberto Alzate Avendaño (1910-1960) y el interés por las representaciones escultóricas de figuras políticas internacionales del totalitarismo, como Hitler, Stalin, Mussolini, Franco.
Los personajes mezclan el relato histórico y la novela: Manrique, los Alzate, el experto Leocadio María Arango, el poeta Elkin Retrepo Gonzalo Caro, Alzate Avendaño, historiadores del arte, críticos, editores, ensayistas, guaqueros y falsificadores pueblan esta fábula construida con piezas de barro, documentos y algo de esa malicia indígena, siempre visible en el montaje artístico local.
Malicia indígena, recipientes cerámicos de los Alzate y de Pedro Manrique Figueroa es un acto soberano de la imaginación donde se nos dice que el oficio artístico (y su vecino, el expositivo) pueden tener en la invención una de sus fuentes más perdurables. Una exposición para leer y observar, para mirar de cerca y después alejarse, para establecer relaciones cruzadas entre épocas históricas. Una exposición que sale y entra en la ficción alternativamente, que crea marcos y luego los destruye, que puede adquirir la apariencia de la realidad documental más contundente, pero a la vez utilizar las técnicas más alabadas del engaño.
Tome unos parrafos del ensayista critico Efrén Roldan.
Otras obras que están en el museo son estas:
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